En la medicina tradicional amazónica, se considera al ser humano como una totalidad, donde la salud esta determinada por un equilibrio entre cuerpo, mente, emoción, relaciones sociales y espíritu, similar a lo que plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su definición de salud que ha permanecido igual desde 1948:
"La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades"
En primer lugar se toman preparados purgativos en pos de desintoxicar el cuerpo de los metabolítos bioquímicos de las emociones, producto de los sufrimientos y experiencias traumáticas de la historia personal de cada uno; la desconexión con la naturaleza y un sentido de vida trascendente; el estrés de vivir en entornos sociales y laborales cada vez más demandantes; un consumo excesivo de drogas y alcohol, así como la contaminación producida por alimentos cada vez de peor calidad, llenos de pesticidas, preservantes, colorantes, hormonas y antibióticos.
Luego, se continúa con un profundo proceso proceso de auto – conocimiento e introspección, conocido como dieta vegetalista. En condiciones de aislamiento adentrado en el bosque, restricción de la actividad sexual, así como una alimentación basada principalmente en arroz, papa, quinoa y plátano verde hervido. Durante este proceso, que tiene la duración de un mes, se toman a la vez otros vegetales para tratar algún tema físico, psico – emocional o energético en particular.
Asimismo, durante el periodo de retiro, se recomienda llevar un diario de sueños, pues comenzará a surgir información de carácter simbólico sobre las raíces del problema del paciente, así como comprensiones acerca de su situación actual e información respecto de su mundo social, que muchas veces opera desde el inconsciente camuflada por los afectos y las pasiones. Lo importante acá es focalizar nuestra atención en el presente, con una concentración estable, de lo contrario es fácil perderse en conversaciones y discursos mentales, acerca de situaciones pasadas o imaginarios futuros, lo que suscitará emociones y sentimientos como rabia, frustración, ansiedad, tristeza o temor, y un consecuente malestar físico evidente, que en otras situaciones pasa desapercibido o se lo atribuimos a otras causas ambientales.
Este tratamiento conlleva una desintoxicación profunda y ayuda a tomar conciencia sobre el funcionamiento físico, mental, emocional y social; otorga entendimiento sobre el delicado equilibrio entre estos planos, cómo se rompe y cómo recuperarlo.
Se puede sanar de enfermedades como artritis, asma, quistes en los ovarios y útero, diabetes, depresiones, drogodependencias e incluso ciertos tipos de cáncer.
También se emplean plantas visionarias o maestras, que por medio de una ensoñación lúcida otorgan entendimiento sobre la propia existencia e integración sobre lo aprehendido durante la dieta vegetalista, atando los “cabos sueltos” que puedan quedar en las distintas áreas de la existencia de la persona.
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